Fuente: El Economista
La transformación digital, la aplicación de la Agenda 2030 y la integración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) cobran especial importancia en un momento de transición a todos los niveles, como es el actual, pero más si cabe en el sector público. La redacción de elEconomista.es acogió a las sociedades estatales ENUSA, SEITT, Senasa y Sasemar (Salvamento Marítimo), la empresa pública gallega Sogama y la catalana CILSA-ZAL Port para analizar, de la mano de la tecnológica Inetum, los retos que en la actualidad tienen en marcha las compañías bajo la tutela de las administraciones en su ‘Observatorio de Empresas Públicas‘.
Los ponentes coincidieron en que estas organizaciones ya están liderando la implantación de estos cambios socioeconómicos, tanto por conciencia como por la obligación fijada en sus normativas, con tres ejes fundamentales de actuación: la descarbonización de su actividad para transicionar hacia empresas más sostenibles; la aplicación de los principios de igualdad y gobernanza; y la necesaria digitalización del sector público.
A todo ello hay que sumar la necesidad de cumplir con los compromisos adquiridos con las instituciones europeas a través de los Fondos de Recuperación, un proceso ya en marcha donde estas sociedades tienen decenas de proyectos en desarrollo y los tiempos para su ejecución están próximos a finalizar.
La propia condición de servicio público de estas empresas dio lugar a un consenso entre los presentes de que se requiere de mucha y buena gestión que va ligada al cargo; y que esta sería imposible sin la utilización de los datos a los que tienen acceso por su actividad. Este manejo del dato se antoja clave para avanzar en la transformación digital de las compañías, un proceso íntimamente ligado a dos retos actuales como son el cambio cultural de las organizaciones y la formación
de los empleados para garantizar su adaptación a las nuevas tareas y puestos de trabajo que van surgiendo con estos avances.
Las dificultades intrínsecas de la administración para retener el talento, derivadas de la limitación de las retribuciones
públicas, y las dificultades para contratar nuevos perfiles por la todavía vigente tasa de reposición forman parte del esquema que estas empresas públicas han de recomponer para alcanzar los objetivos que se han fijado en sus últimos
planes estratégicos.
Además, el propio funcionamiento de las administraciones, habitualmente menos rápido que el de la empresa privada, también está dando lugar a que muchas sociedades públicas estén reorganizando y reinventando sus procesos más habituales, al mismo tiempo que se crean otros bajo criterios de agilidad y ahorros de tiempo y costes.
En este contexto, la colaboración público-privada se coloca como un elemento indispensable a la hora de ayudar al sector público a crecer, cumplir sus objetivos y combatir sus dificultades. La ausencia de límites a la contratación y su mayor flexibilidad a la hora de adaptarse a esos procesos facilita que, de manera conjunta, se pueda llegar a donde las limitaciones presupuestarias de los entes públicos no pueden, hasta el punto de desarrollar tecnologías ad hoc según los estándares determinados por el Estado que luego puedan expandirse fuera de sus fronteras.
Ante el gran potencial que ofrece un sector público especializado, sus empresas tienen una oportunidad única para impulsar estos cambios e integrarlos en la sociedad.
El responsable de Soluciones SAP para Empresas Públicas de Inetum, Miguel Ángel Olascoaga, resaltó la importancia de la gestión de los datos por parte de todas las empresas públicas, de forma que puedan extraerlo, cuantificarlo e interiorizarlo en su operativa diaria.
“El dato es la clave. Cuando se habla de su gestión no es algo baladí, el dato ha de estar, y tenemos que conocer nuestras capacidades para explotarlo con seguridad y fiabilidad, ofreciendo una gobernanza responsable ante quienes respondemos”, explicó.
“Aunque a todos nos cuesta salir de la zona de confort, una gestión del cambio es fundamental en las empresas, y es un reto todavía mayor en las públicas”, algo en lo que se puede avanzar con la automatización de procesos.
Senasa tiene en sus manos la solución para grandes retos del sector aéreo como la descarbonización de su actividad o la revolución de los drones, cuestiones ambas llamadas a transformar los cielos. Pero la cada vez mayor especificidad normativa y la necesidad de ajustarse a las cuentas del Estado y a sus requisitos de contratación son algunos de los límites a su operativa, explica su directora de servicios corporativos, Belén Moreno.
“Las empresas públicas tenemos la obligación de cumplir los objetivos de la Agenda 2030 a través de nuestro objeto social, de forma que podemos hacer la vida más cómoda para la gente”. Moreno destaca de Senasa su condición de empresa “muy puntera en los estudios de ruido e impacto acústico” y resalta la rapidez en la que han acometido su
transformación interna.
Sogama es la encargada de gestionar los residuos de 295 municipios y 2,2 millones de habitantes de Galicia, un territorio complejo por la elevada dispersión poblacional. Su directora general, Mirta Sueiro, destaca el reto de cumplir el gran número de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que les afectan: “La dificultad está en encontrar el equilibrio económico, social y medioambiental que se nos demanda, así que priorizamos los ODS en los que podemos generar más valor. Hemos de ir hacia una empresa pública proactiva y ágil, centrarnos más en el resultado y menos en el procedimiento“, explica.
La tecnología se ha convertido en “el gran aliado” de Sogama ya que “ayuda a derribar barreras” como la relación con las entidades locales, “pudiendo mantener reuniones a distancia o impartir formaciones a todos al mismo tiempo, algo hasta ahora imposible”. Sin embargo, toda esta tecnología tiene como contraparte la necesidad de más ciberseguridad que garantice que los datos están protegidos. “Están apareciendo importantes gaps en la seguridad de la información, por lo que hay que inculcar a los equipos que la ciberseguridad debe estar presente desde la fase de diseño”, explica.
Para asegurar su protección, en Sogama han puesto en marcha un diagnóstico integral de todos sus procesos de cara a establecer una hoja de ruta que tenga presentes sus vulnerabilidades “desde el primer momento”. La máxima responsable de la empresa califica la colaboración público-privada como “imprescindible” al dotar de “agilidad a los procesos que nos
faltan por capacidad de inversión, al compartirla” y a la necesidad de talento “que no somos capaces de captar porque los salarios están limitados, no como en la empresa privada”.
Salvamento Marítimo está volcada en el cumplimiento de los objetivos de protección de medio ambiente marino, pero no deja atrás su ambición de lograr que cada vez más mujeres trabajen en el mar. “Apenas son un 2%, pero tenemos que dar ejemplo y visibilizar que pueden ser muchas más”, explica Mónica Muleiro, directora de operaciones de Sasemar.
Este reto se logra “siendo los responsables y estando en primera línea de su abanderamiento. Tenemos que liderar y dar
ejemplo, aunque choque con las tendencias inmovilistas de la administración o las limitaciones presupuestarias y de personal”, reivindica.Para alcanzar estos hitos, confía en las nuevas herramientas que ayudarán “a acelerar el cumplimiento de la Agenda 2030 y sus objetivos”. Entre sus iniciativas innovadoras señala la incorporación de drones que identifican automáticamente a aquellas personas que estén en el agua o las manchas de contaminación marina que puedan producirse en los mares que rodean España.
La gestora del área logística del Puerto de Barcelona “tiene la obligación de participar en su descarbonización”, explica
Jordi Guerrero, director de CILSA-ZAL Port, al ser preguntado por sus planes para reducir su huella ambiental. El más destacado contempla la implantación de la que será la mayor instalación fotovoltaica sobre nave de toda Europa, con 450.000 m2 de paneles solares que facilitará llegar a las ‘cero emisiones’ en la ZAL.
“Aunque no podemos centrarnos únicamente en la energía y la descarbonización, puesto que hay muchas cosas que tienen que cambiar en paralelo, como la inserción social de personas con discapacidad. Hay que cumplir con otras medidas sociales que también son importantes”, destaca, antes de explicar que “la tecnología está muy bien, pero sin personas y formación es absolutamente inútil“. Cree que hay que formar a las personas “para que sepan utilizarla y mejorar los procesos internos”, una forma rápida para alcanzar a sus competidores del sector privado.
Carmen Paredes, encargada de transformar digitalmente a la gestora del uranio que alimenta las centrales nucleares del país, destaca que “todas las empresas públicas estamos haciendo muy bien los deberes en cuanto a la aplicación de medidas de descarbonización y aplicando los ODS al objeto social”.
Pese a ello, resalta como gran reto para Enusa el “poder cumplir con todas las exigencias sin quedarnos atrás y sin dejar de ser una fábrica de referencia en Europa“. Lograr esta transformación digital “no es sencillo ni cuestión de un día, requiere de un soporte informático, pero también un cambio de cultura en la empresa. Si no involucras a las personas tendrás una apariencia digital, pero no habrás logrado el cambio”, resalta.
La necesidad de que las empresas públicas cumplan con sus normativas de privacidad o protección de la información va en aumento ante la sobreregulación de los últimos años, y es aquí donde la colaboración público-privada cobra un especial sentido ante la dificultad de las empresas públicas para contratar nuevos perfiles.
La tecnológica Inetum, líder en Soluciones SAP para el Sector Público, aspira a ser “un socio clave para la empresa pública”
y garantizar “el enfoque ético que todos debemos de cumplir y lograr una gestión más eficiente, de modo que los servicios sean más sostenibles y se facilite una continuidad”, explica Ana Elisa Gallego, su directora de Cuentas SAP.
Considera que “los proyectos de transformación digital no solo cambian la tecnología, sino también la empresa”, al simplificar funciones diarias, sobre todo en administración y recursos humanos. “Es fundamental encontrar un socio que conozca el sector público”, resalta.
El gran reto de SEITT, sociedad estatal encargada de gestionar los 700 kilómetros de las autopistas de peaje rescatadas por el Estado, está por descarbonizar su actividad a sabiendas de que el transporte por carretera es el principal emisor de CO2 a la atmósfera en el transporte. Para reducir su huella ambiental, tiene un ambicioso plan que contempla que su actividad y sus carreteras sean ‘cero emisiones’.
Aspiran a lograrlo con la puesta en marcha de una planta fotovoltaica, puntos de recarga eléctrica en las gasolineras, absorción de CO2 mediante plantación de especies en terrenos propios, un estudio sobre su actividad y la imposición a sus adjudicatarios de que sean net zero. “Toda la infraestructura viaria tiene un debe, las condiciones del firme, y en nuestros pliegos exigimos que las plantas de aglomerado sean neutras en carbono y trabajen con criterios de economía circular“, explica la directora técnica de SEITT, Camino Arce.
Fuente: elEconomista.es. (2024, 18 abril). Las empresas públicas lideran la transformación del Estado. elEconomista.es. https://www.eleconomista.es/actualidad/noticias/12773634/04/24/las-empresas-publicas-lideran-la-transformacion-del-estado.html